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ACCIÓN ANTICAPITALISTA Corredor del Henares

Pequeño diario de clandestinidad

Pequeño diario de clandestinidad

Viernes 25 de septiembre de 2009. Nodo50

Tomás Pellicer para Fòrum per la Memòria del País Valencià

El día 27 de septiembre se cumplirán 34 años de los últimos asesinatos legales del franquismo. Angel Otaegui, José Humberto Baena, Ramón García Sanz, José Luis Sánchez-Bravo y Juan Paredes Manot, Txiki, cayeron asesinados por un régimen genocida que se ha convertido en el único por el que no se ha sentado a ningún responsable ni colaborador en el banquillo de los acusados.


Ni mucho menos, pedido responsabilidades a ninguna de las organizaciones implicadas en la represión, de la que hicieron un negocio, como la Iglesia Católica o las empresas que explotaron a centenares de miles de presos hasta la muerte con los trabajos forzados; ni tan siquiera se obligó a los asesinos a devolver lo que robaron a sus víctimas. Es necesario recordar que muchos de los implicados en aquel régimen genocida, en unos casos, o sus descendientes en otros, ocupan altos cargos en el estado, la política, las finanzas, la industria, la justicia, la cultura, los bancos, la prensa... Tomás Pellicer, compañero de varios de los asesinados, nos acerca con este relato, al terror en el que se vivió durante las últimas bocanadas del Franquismo.

Agosto. 1975.

Miércoles 27. Carlos ha encontrado un lugar donde quedarme unos días. Es una pequeña guardilla, próxima a la Plaza del Carmen. Una compañera suya de Bellas Artes, pintora bohemia y simpatizante, me aloja. Estoy en un pequeño apartamento destartalado, con un salón del escaso ancho de la fachada, con una colchoneta en el suelo, cubierta con una tela, donde intentaré dormir algo, una habitación, una cocina y un aseo, todo ello minúsculo. Todavía guardo en el estomago la desazón de los dos días pasados. A pesar de haber escapado y estar en un lugar aparentemente seguro, no consigo huir de la realidad clandestina.

Sábado 30. No he salido de la casa. Carla, así se llama mi benefactora, me consigue la prensa. Trae tiras del Levante y Las Provincias. Hojas sueltas y recortes que debe arrancar de la prensa expuesta en los bares. Ella tiene poco dinero y yo nada. No hay radio ni televisión. Hoy viene la resolución del consejo de guerra de Burgos: pena de muerte para Garmedía y Otaegui. Se suman a las cinco peticiones de muerte de los nuestros.

Domingo 31. He salido de la casa para acudir a la cita de seguridad con Carlos. Anduve un buen trecho encogido, cabizbajo pensando que todo el mundo me miraba. Los sentía a todos pendientes de mí. Llegué temblando a la cita. Carlos estaba con otro camarada, Vladi, recién llegado de Madrid. Vladi lleva el pelo teñido con agua oxigenada y tiene así un extraño aspecto. Va a ser nuestro responsable. Llevaba una mariconera en la mano, con una Star del nueve corto, nueva. Nos ha dicho que la ofensiva de la dictadura ha cesado y que vamos a formar un nuevo grupo los tres. Hay que seguir golpeando. A Carla no le ha gustado nada que saliera de casa. Me ha hecho preguntas de si me había visto alguien salir o entrar.

Septiembre. 1975.

Martes 2. Hoy trae la prensa nuevas detenciones en Madrid, con sus fotos. Los camaradas aparecen demacrados, sucios y despeinados. Dan la impresión de ser mala gente, y tan sólo son jóvenes universitarios con ideales revolucionarios. Es el efecto que pretende causar la dictadura con todos nosotros. Les acusan de dar muerte al teniente de la guardia civil. Van a pedir más penas de muerte, estoy seguro. Si a Blanco Chivite, Pablo, Baena, Vladimiro y Sierra les han pedido pena de muerte, a éstos, seguro que será lo mismo. Si han publicado hoy la noticia, quiere decir que llevan varios días detenidos. No quiero pensar lo que deben haber pasado.

Miércoles 3. Carla parece más tranquila, a pesar de las alarmantes noticias. Hemos charlado un buen rato esta noche. He tratado de explicarle la razón de nuestras acciones, los porqués de unos jóvenes estudiantes universitarios –creo que la mayoría lo somos- implicados en la lucha armada revolucionaria. A esta sangrienta dictadura hay que derribarla con sus mismas armas.

Viernes 5. Hoy, 36 detenciones en Madrid. Más fotos de camaradas desangrados, tres mujeres esta vez. Hay una foto con el material del aparato de propaganda que ha caído, con un retrato de Marx presidiendo el escaparate que montan. Para que quede claro que los detenidos eran marxistas y que no merecen otra cosa que la muerte. Debajo de sus fotos hay una escopeta recortada, con sus correspondientes cartuchos. No sé cómo decirle a Carla que tengo que salir esta tarde. A las nueve tengo cita de seguridad con Carlos. Él está tranquilo, no he conocido a nadie más tranquilo. Aparte de que será su forma de ser, no está identificado por la policía y no lo buscan. No como a mí.

Lunes 8. Han detenido a mis hermanos. Y a muchos más en Valencia, cuento hasta catorce en la nota de prensa. Al pequeño le acusan de pertenecer al grupo armado y participar en las acciones, al menos en cinco. Al otro le acusan de ser el responsable de la FUDE en la Facultad de Medicina y dan los nombres, también detenidos, de compañeros y compañeras que conozco, de la facultad. Y dos células en Burjassot, y a Enrique mi amigo de la infancia. Ya nada ni nadie está seguro. Cierro las ventanas cuando no está Carla –la mayor parte del tiempo- y me paso las horas escudriñando la calle, un agradable rincón que forma la calle de la Cruz, atento al paso de los transeúntes, a sus provisionales paradas. He encontrado una huida por los tejados, en el hueco de la escalera, una claraboya a la que accedo fácilmente subido a una silla.

Jueves 11. Hoy comienza el consejo de guerra en El Goloso. Lo preside un coronel y el fiscal militar pide pena de muerte para los cinco. He leído las conclusiones de éste, publicadas en prensa. Es como retroceder en el tiempo, al año 1940, a los consejos de guerra impuestos a los derrotados republicanos. A Blanco Chivite lo quieren fusilar por ser “secretario provincial” del partido, a Vladimiro por ser “el responsable” del grupo, aunque el mismo militar acusador reconoce que no estuvo en la acción, a Fernando Sierra por robar el coche, a Baena lo acusan de ser el ejecutor y a Mayoral de “esgrimir” una navaja. Sin más pruebas que las declaraciones de la policía. Con la sinrazón procesal de un consejo de guerra militar.

Viernes 12. Tres penas de muerte. Para Blanco, Baena y Vladimiro. Se salvan Mayoral, treinta años, y Sierra, 25 años. En menos de 24 horas, el tribunal ha sentenciado. Una farsa sin posible defensa. Blanco tiene 30 años, es licenciado en periodismo; Baena, 25 años, estudiante de Filosofía; Vladimiro 23 años, es agricultor; Mayoral, 24 años, técnico profesional; Sierra, 19 años, estudiante de Historia.

Sábado 13. A Rafa lo han pasado a la jurisdicción militar. Consejo de guerra en Valencia para él, Garés y Panisello. Y para mí, si me cogen. Hoy he tenido cita con el grupo. Han decido pararlo todo. No vamos a hacer nada. Carlos va a militar en la organización regular, para tratar de agrupar lo que haya quedado. Yo debo permanecer oculto. Me están buscando un lugar más seguro. Carla se ha habituado a mi presencia y se la ve tranquila. Hemos hablado sobre mi estancia y decidido que yo salga un poco, a hacer compras. Dará una sensación más natural a los vecinos, que saben que estoy en su casa.

Miércoles 17. Consejo de guerra sumarísimo en El Goloso. Piden cinco penas de muerte. Han aplicado la ley de “prevención del terrorismo” que conduce a los reos a un consejo de guerra inmediato, sin garantías procesales, que debe resolver la sentencia de forma inmediata. El fiscal cuenta con cuatro horas para presentar sus conclusiones, el abogado defensor de otras cuatro para preparar la defensa. Seguidamente se celebra la vista de forma inmediata y se dicta la sentencia, tras la cual, el defensor cuenta con dos horas para presentar alegaciones. En menos de un día lo tienen resuelto. Para las ejecuciones, el Gobierno debe darse por enterado.

Jueves 18. Otras cinco penas de muerte en el consejo de guerra de El Goloso. Leo del Informaciones. Para empezar son expulsados de la sala la primera tanda de abogados defensores. Son sustituidos por suplentes, que de forma inmediata son también expulsados. Nombran defensores de oficio a comandantes militares. En 15 minutos se leyó el apuntamiento. Los camaradas negaron los hechos y se reconocieron militantes del FRAP. El juicio comenzó a las cuatro y media de la tarde y terminó a las nueve de la noche, contando las expulsiones de los abogados y dos horas y media de descanso. ¿Dos horas para juzgar la vida de cinco personas? Sin testigos ni pruebas periciales. Otra farsa de juicio. Al momento dictaron las sentencias: pena de muerte para Sánchez-Bravo, Cañaveras, Ramón García, Concha y Mª Jesús. Suman ya diez las penas de muerte.

Sábado 20. Ayer se celebró el consejo de guerra en Barcelona contra Juan Paredes, “Txiqui”. Otra pena de muerte más. Suman once. La preocupación, el debate de la prensa fascista, es si van a ser ejecutados por garrote o fusilados. Los militares deciden. Debe darse por enterado el consejo de ministros.

Jueves 25. Hoy es mi última noche en esta casa. He esperado en vano a Carla. Siento marcharme, le he tomado aprecio y con la rutina, las mismas cosas siempre, he apaciguado la zozobra. Otra vez empezar de nuevo acrecienta mi ansiedad.

Viernes 26. Han fallado a la cita. No ha aparecido nadie. He esperado lo justo y me he marchado. Estoy otra vez en casa de Carla. He roto la nota que le había dejado y estoy confuso. Tengo una cita de paso, una antigua cita que conoce alguna gente, pero he decidido no acudir. Es imposible que Carlos haya caído, tiene ese algo afortunado por donde todo resbala a su favor. Esperaré lo que sea aquí, que nunca será peor que lo que les espera a los camaradas. Franco va a fusilar a cinco. Ha indultado al resto.

Dejo pasar las horas, sin apenas pensar en nada. No consigo ponerme en su lugar, ni siquiera imaginar lo que pasa por sus cabezas en este momento, sabiendo que van a encontrar la muerte en breves horas. No es a mí a quien van a matar al alba y el deseo de vivir se antepone absolutamente a cualquier consideración.

Sábado 27. Carla me despierta al mediodía. Lleva el Informaciones desplegado sobre su pecho: “Fusilados esta mañana”

Yo escapé.

Algún tiempo después conocí a Victoria Sánchez-Bravo Solla, la hermana de José Luis. Estuve junto e ella, sentados ambos en sendas banquetas altas de una cafetería. Ella tenía sobre sus rodillas un pequeño bolso forrado de cuentas de plástico, que desojaba de forma inconsciente mientras recordaba ese día, el 27 de septiembre de 1975. Ella asistió a los fusilamientos de los del FRAP, junto con el abogado Fernando Salas y el padre de José Humberto Baena Alonso. El otro fusilado, Ramón García Sanz, no tenía familia. Todos ellos esperaron en la ermita que domina el alto del campo de tiro de Matalagraja, en Hoyo de Manzanares, separados unos metros de un grupo de mandos militares y de guardias civiles. Salas se acercaba de cuando en cuando a los militares para obtener noticias: -Ahora va Baena- le dijeron por fin. A las nueve y veinte escucharon la primera descarga. Veinte minutos después, la de Ramón García y a las diez en punto, escucharon la descarga que asesinó a su hermano José Luis. Aún tuvieron que esperar un buen rato, desolados en la capilla, hasta que llegó el Land Rover de la guardia civil, con los cuerpos en su trasera. Enfundados en sacos de plástico negro, echados unos encima de otros, sobre un charco de sangre. Ella sobrecogida tuvo que identificar el cadáver sin rostro de su hermano. Diez balas del calibre 7.62, del fusil ametrallador Cetme, en la cara y a corta distancia, deshicieron su cabeza. Ella identificó el cuerpo que le dijeron que era el de José Luis, y me confesó que siempre viviría con la duda de si los restos que ella cree enterrados en su tumba del cementerio de Murcia, son los suyos.

La economía verde es la que más empleo genera en Europa

La economía verde es la que más empleo genera en Europa

InsurGente.- En un informe presentado ayer en Bruselas por WWF, se confirma que con más de tres millones de empleos en toda Europa, las actividades económicas verdes están superando a las industrias contaminantes en términos de generación de empleo.


El informe “Low carbon jobs for Europe” muestra que al menos 3,4 millones de empleos europeos están relacionados directamente con la energía renovable, transporte sostenible y bienes y servicios de eficiencia energética. Sin embargo, las industrias contaminantes como la minería, electricidad, gas, cemento, hierro y acero, dan trabajo a 2,8 millones de personas. Se prevé que la economía baja en carbono continúe expandiéndose en el futuro, mientras que el trabajo extractivo y contaminante seguirá disminuyendo.

Jason Anderson, Responsable de Política Europea de Energía y Clima de WWF, declaró: “El estudio señala claramente a los ganadores y aporta evidencias de que las políticas respetuosas con el clima y las tecnologías contribuyen positivamente a la economía” Y concluyó: “La economía limpia está a punto de despegar. Si los políticos continúan apoyando industrias contaminantes, Europa tendrá que hacer frente a costes muy elevados en el futuro, tanto ambiental como económicamente”

De los datos disponibles en el informe cabe destacar las 400.000 personas empleadas en actividades relacionadas con energía renovable, los 2,1 millones que trabajan en transporte eficiente y las 900.000 personas que trabajan con bienes y servicios derivados de la eficiencia energética. Entre estos empleos se incluyen, por ejemplo, la fabricación, instalación y mantenimiento de turbinas eólicas y paneles solares y obras de construcción para mejorar la eficiencia en los edificios. El empleo indirecto relacionado se estima en unos 5 millones más.
Todos estos sectores están mostrando un crecimiento significativo, especialmente la energía eólica, solar fotovoltaica, bioenergía, transporte público y edificios eficientes.

España es, junto con Alemania, líder europeo en energía eólica. En 2008 el sector eólico empleó en nuestro país directamente más de 20.000 personas, a las que hay que sumar 40.000 de empleo indirecto.

Con vistas a la próxima reunión del Consejo Europea en Bruselas, el 18 y 19 de junio, WWF pide a la UE que se comprometa firmemente a cortar las emisiones domésticas de gases de efecto invernadero y que se mueva hacia una economía verde.

Heikki Willstedt, experto en energía de WWF España afirmó: “las energías renovables son una opción real y crean mas empleos que las energías obsoletas y contaminantes. El gobierno, con su decisión sobre el cierre de la central nuclear de Garoña, tiene la oportunidad de dar señales claras sobre el modelo energético por el que apuesta para nuestro país”

www.ecoportal.net

Portal del Medioambiente

Una imagen vale mas que mil palabras

¿DONDE ESTA JON¿

MÁS FRENTES DE LUCHA, (ACCION ANTICAPITALISTA Corredor del Henares)

MÁS FRENTES DE LUCHA, (ACCION ANTICAPITALISTA Corredor del Henares)

Ya era hora de que aparecieran nuevos proyectos que tuvieran como base el anticapitalismo y la lucha contra este sistema injusto y patriarcal en el que vivimos. Nosotr@s nacemos con la idea de intentar crear un frente más de lucha anticapitalista en el Corredor del Henares, siempre desde la humildad y el apoyo a todos los movimientos sociales que compartan lo que nosotr@s  defendemos  y por lo que luchamos.

Nuestras líneas se basan en la defensa de todas las personas que se encuentran sometidas por este sistema , como por ejemplo, las mujeres ,los homosexuales ,las personas que son discriminadas por su raza  , su religión o su lugar de procedencia, además de lucha contra el fascismo y el derecho a que cada pueblo sea soberano de su futuro , también hacemos hincapié en la lucha contra todo lo que perjudique el medio natural en el que vivimos ,por eso decimos bien alto ¡GAROÑA NO GRACIAS¡,ya que hoy en día es un frente de lucha ecologista muy fuerte en el Estado Español y que acapara las miradas de tod@s los que pensamos que ya esta bien de seguir manteniendo este tipo de plantas y en definitiva el tipo de energía que estas generan.

Así que aquí comienza nuestro camino y esperemos que sea largo, y que sigamos aportando mas y mas puntos de vista a esta idea que tanto tiempo lleva gestándose y que por fin a podido salir adelante, y por supuesto que cada vez mas gente quiera formar parte de este proyecto y ayudar a hacer que este mundo en el que vivimos sea un mundo menos negro en el cual halla muchos mas principios que no vayan ligados con la palabra DINERO.

También queremos destacar que somos un colectivo totalmente horizontal y autogestionado, en el cual todos los miembros ocupan un mismo lugar, debatiendo todas las decisiones de una forma asamblearia y participativa.

 

Elecciones en Portugal: el marxismo goza de buena salud

Elecciones en Portugal: el marxismo goza de buena salud

A una semana de las elecciones en Portugal, no hay encuesta que sitúe la suma de las dos organizaciones de izquierda: el Bloco y el Partido Comunista por debajo del 20 por ciento.
A una semana de las elecciones en Portugal, no hay encuesta que sitúe la suma de las dos organizaciones de izquierda: el Bloco y el Partido Comunista por debajo del 20 por ciento. A esto habría que añadir otro 6% que los sondeos otorgan a tres pequeñas organizaciones revolucionarias. Mientras, las derechas: conservadores y socialdemócratas pujan por el poder, pero sabiendo que el voto útil no será fácil de engatusar en Portugal. Tanto el PCP como el Bloco no disminuyen en intención de voto, y serán determinantes para el futuro político luso.

Contrariando las tendencias conservadoras y el “neoliberalismo socialista” verificado en la Unión Europea en el último lustro, la izquierda marxista de Portugal se ha convertido en un espacio seductor para buena parte de un electorado descontento con los políticos tradicionales.

Las elecciones legislativas del 27 de este mes podrán consagrar definitivamente a la llamada “verdadera izquierda” portuguesa, que las encuestas la ubican con casi 30 por ciento de la intención de voto, un caso inédito en Europa y escaso en el mundo.

Al entrar en su recta final, la campaña electoral demuestra que los partidos tradicionales del centro y de la derecha encuentran serias dificultades para presentar soluciones a los graves problemas económicos y sociales causados por la crisis financiera internacional, con efectos redoblados para un país de economía vulnerable como Portugal.

Una situación que ha favorecido a los marxistas, divididos por el debate entre la crítica tradicional del Partido Comunista Portugués (PCP) a los gobiernos de centro y de derecha y la “intifada” económica y social de los trotskistas del Bloque de Izquierda (BI), con combustible en temas candentes para mantener la llama hasta el día del sufragio.

Entre el descontento hacia el secretario general del Partido Socialista (PS) y primer ministro, José Sócrates, por cuatro años de gobierno marcados por una política económica neoliberal, y el temor de una gestión apagada y gris de la conservadora líder del Partido Socialdemócrata (PSD), Manuela Ferreira Leite, es difícil para el elector asumir con determinación una preferencia clara.

El abanico político lusitano, además de ser amplio, es confuso para el elector poco politizado y escasamente informado.

A pesar de su nombre, el PSD es miembro de la familia europea de los partidos populares conservadores y demócratas cristianos, las dos tendencias existentes en el PS se debaten entre la ideología socialdemócrata y la neoliberal y el Centro Democrático Social (CDS), dirigido por Paulo Portas, no es centrista sino de derecha nacionalista.

Desde la gesta democratizadora del 25 de abril de 1974, cuando los capitanes izquierdistas del ejército derrocaron la dictadura implantada en 1926, Portugal ha sido gobernado por el PS y el PSD, con escasas diferencias ideológicas, lo cual les valió de los politólogos el mote de partidos del “centrão” (gran centro).

En las últimas elecciones legislativas, en 2005, el PS ganó con 45,03 por ciento de los votos. El PSD obtuvo 28,77, los comunistas 7,54, el CDS 7,24 y el BI 6,35 por ciento.

Sin embargo, este panorama cambió en las elecciones para el Parlamento Europeo de este año. El PSD pasó al primer lugar con 31,71 por ciento, seguido por el PS con 26,53, el BI que al lograr 10,72 de las preferencias se consagró como el tercer partido del país, el PCP con 10,64 por ciento, pasando al último lugar el CDS con 8,36 por ciento de los votos.

Si al casi 21,4 por ciento resultante de la suma entre el BI y el PCP se agrega otro 4,2 por ciento de pequeños partidos izquierdistas que no lograron representación parlamentaria, se llega a poco más de 25 por ciento de voto asumidamente marxista. Ante la escasa motivación de los tradicionales electores del “centrão”, son los pequeños y no los grandes temas que mantienen el ambiente caldeado, con intereses cruzados y mucha perplejidad sobre el impacto que tendrán varias encuestas contradictorias.

Y como en cada situación incierta a lo largo de toda la historia de este país ibérico de 10,6 millones de habitantes, el “fantasma español” condimenta la campaña. Reaparece el viejo adagio portugués sobre el vecino, “da Espanha, nem bom vento nem bom casamento” (de España, ni buen viento ni buen casamiento).

Ferreira Leite fustigó a Sócrates por mantener su compromiso con España para construir el Tren de Gran Velocidad (TGV) entre Lisboa y Madrid, justificando su postura debido a que ese dinero debe ser utilizado en el apoyo a las medias y pequeñas empresas nacionales.

Ante la insistencia de Sócrates de que “Portugal debe cumplir los compromisos internacionales asumidos”, la líder conservadora, con el claro propósito de ganar votos nacionalistas de personas poco ilustradas, calificó de “inaceptable intervención en política nacional” del poderoso vecino, casi cinco veces mayor que Portugal.

Sócrates defiende con ahínco las relaciones privilegiadas con España, recordando que “mi mejor amigo es (el presidente del gobierno de ese país, el socialista) José Luís Rodríguez Zapatero”.

Ferreira Leite contraataca reafirmando que “Portugal no es una provincia española” y “yo, ante nada, siempre defenderé los intereses portugueses”.

En este ambiente, cuando falta poco más de una semana para ir a las urnas, casi toda la disputa del “centrão” por el gobierno se reduce a un morbo comunicacional al ritmo del “rafting”, como un “reality show” con la pregunta del millón para los portugueses: ¿de España, soplan buenos o malos vientos?

Persiste la poca claridad en los mensajes y la escasa novedad. Los enormes carteles son ciertamente carentes de imaginación, reforzando una visión del electorado tan básica que supone que una buena foto y un buen eslogan deberían ser suficientes. De los dos partidos aspirantes al gobierno, aún no se escuchó ninguna lectura sensata de una crisis que continúa, ni propuestas que incorporen los cambios que tendrá el mundo y la relación promiscua entre el dinero y el poder del Estado.

La derecha representada por el PSD y el CDS ha elegido el juego de pinzas: para los sectores de altos ingresos, mantienen un tradicional discurso conservador en lo moral, neoliberal en lo económico y autoritario-paternalista en lo social, a lo que se añade una propuesta de seguridad basada en el populismo represivo, en especial dirigida contra los inmigrantes.

“Existe una carencia de análisis imparciales, lo que más frecuente son las opiniones disfrazadas de análisis de politólogos, abogados y sociólogos invitados por los medios de comunicación, que en su inmensa mayoría, o simpatizan con el PS o con el PSD”, explicó a IPS el profesor universitario Carlos Magno, una de las voces imparciales más respetadas del país.

Magno no tiene “ninguna duda” de que el PS podría ganar las elecciones, inclusive repitiendo la mayoría absoluta que logró en 2005, “pero con otro líder y no con Sócrates, pues la gente está harta del primer ministro. No lo soporta más”.

La resistencia a Sócrates fue creciendo en estos cuatro años debido al aumento de los impuestos para combatir el déficit público excesivo, de más de seis por ciento, dejado por el gobierno conservador que le antecedió, presidido por José Manuel Durão Barroso, y que el PS logró reducir a menos de la mitad.

Durante esta legislatura, Sócrates aumentó los impuestos sobre los ingresos por el trabajo, imponiendo una tributación para salarios mínimos nacionales de 650 dólares por mes y a las jubilaciones del mismo monto. El promedio de la carga fiscal rondó 35 por ciento, frente a los casi 30 anteriores a 2005.

Otras críticas desde la izquierda, incluida la de su propio partido, fueron la implantación del pago de tasas en los tribunales, lo cual hizo que la justicia pasara a ser poco recurrida por las personas de menos ingresos, el mantenimiento de los impuestos a las ganancias del capital especulativo sólo en 10 por ciento y los del trabajo hasta 42 por ciento.

Decretó las llamadas “tasas moderadoras” de salud, algo que significó que por primera vez desde la llegada de la democracia en 1974 se comenzaran a pagar las consultas y tratamientos médicos en los hospitales públicos.

Sin embargo, el principal revés de Sócrates fue la llamada “guerra de los profesores” que se desató debido a un modelo de evaluación profesional, donde un colega evaluaba a otro, práctica que podía acabar con la carrera de un educador y que se convirtió en una batalla callejera de vastas proporciones.

Los 150.000 profesores existentes en el país más sus familias pueden representar unos 250.000 votos, decisivos para conseguir el triunfo dado el empate técnico entre el PS y el PSD que señalan las encuestas.

Político de vasta experiencia, Sócrates esta semana admitió que “talvez no hubo suficiente delicadeza en el trato a los profesores” y se confesó disponible para hacer “todo lo que esté a mi alcance para corregir eso”.

Pero en otros aspectos, su gestión gubernamental fue inatacable desde el flanco izquierdo.

Desató un combate sin cuartel a la evasión fiscal, impuso una tasación de 45 por ciento a los premios a los gestores, simplificó el divorcio, se jugó por entero para vencer en el referéndum a favor de la despenalización del aborto y promulgó la ley de paridad de géneros, que obliga a los partidos a presentar listas electorales con un mínimo de un tercio de mujeres.

No obstante estos avances desde el punto de vista de la izquierda, las propuestas políticas del PCP y del BI van mucho más lejos, ya que ambos partidos defienden el refuerzo del Estado en la actividad económica, apuestan al aumento del gasto público como motor para reanimarla y se oponen a las privatizaciones.

Las semejanzas son mucho mayores que las diferencias en estos dos partidos de ideología marxista. Hacen el mismo análisis de la situación del país y de las razones de la crisis, coincidiendo en la mayoría de las propuestas.

El BI y el PCP presentan algunas diferencias en los capítulos sobre la tóxico-dependencia y los derechos de gays, lesbianas y transexuales, temas en que los “bloquistas” van mucho más al fondo en su defensa que los comunistas, que sin oponerse, tienen un lenguaje más cauto.

En los dos programas, la diferencia es sobretodo de tono, de lenguaje, de enfoque o en algunos casos de prioridades.

Pero, sopesado todo, las dos proposiciones caben en el mismo cuadro político, el de una izquierda que los partidos socialistas y laboristas europeos de la llamada “Tercera Vía” habían extendido un certificado de defunción.

Fuente: Kaos en la Red
 

Anza, una certeza terrible y un propósito latente. Mañana se cumplen cinco meses de su desaparecición

Anza, una certeza terrible y un propósito latente. Mañana se cumplen cinco meses de su desaparecición

Gabi Mouesca y Xabier Miguel Ezkerra no dudan en señalar a los estados como responsables de la desaparición,

Mañana se cumplen cinco meses desde que desapareciera el refugiado y ex preso Jon Anza. Quienes hoy hablan en estas páginas han conocido en primera línea estos últimos treinta años de conflicto político y sufrimiento. Gabi Mouesca y Xabier Miguel Ezkerra no dudan en señalar a los estados como responsables de la desaparición, pero consideran que esas recetas de antaño volverán a fracasar. Sentencian que para ello no hay que caer en «el agujero de la resignación».

Gabi Mouesca fue condenado por participar en el tiroteo de Léon (Las Landas) entre un comando de Iparretarrak y unos gendarmes, en agosto de 1983, en cuyo transcurso desapareció el militante Jean-Louis Larre, Popo, del que hasta la fecha no se ha tenido noticia alguna. Xabier Miguel Ezkerra huyó de su domicilio de Usurbil hace ya 34 años para evitar ser detenido por las fuerzas policiales españolas. En este tiempo ha conocido el exilio fuera de Euskal Herria, las cárceles francesas -fue condenado a seis años tras ser detenido en 1986, acusado de ser miembro de ETA- y también la asignación de residencia en la lejana ciudad de Lille, donde permaneció cuatro años hasta que, junto con otros refugiados, decidió romper esa situación y volver a vivir a Euskal Herria, en su caso a Lapurdi.

Con motivo de la desaparición del refugiado y ex preso Jon Anza, de la que mañana se cumplirán cinco meses, GARA ha reunido a ambos para abordar este caso y para, desde su experiencia personal, hablar de la guerra sucia. Se da la circunstancia de que Mouesca y Miguel Ezkerra fueron compañeros en la cárcel de Pau. Ambos cumplieron parte de sus condenas en aquella prisión. Y se da la circunstancia añadida de que, en aquella cárcel, y también en otras, coincidieron con mercenarios de los GAL.

Todo ello da para recordar, incluso una vez concluida la entrevista, numerosas anécdotas, algunas de connotaciones positivas para los protagonistas y que provocan incluso alguna broma. Por ejemplo cuando, en diciembre de 1986, un comando de IK logró liberar de prisión a Mouesca, junto a otra compañera -la ya fallecida Maddi Hegi-, Ezkerra también se encontraba preso en la misma cárcel de Pau. A la pregunta, cargada de sorna, de si quien no pudo huir en aquella ocasión no guarda rencor a su hoy compañero de entrevista, Mouesca -antes de soltar una carcajada- contesta: «Xabier ha dicho en la entrevista que este pueblo tiene memoria, pero al parecer él no, y no recuerda que le dejamos allí dentro».

Otras anécdotas tienen un cariz bien diferente, sobre todo las relacionados con los miembros de los GAL encerrados en la misma prisión. Juntos, pero no revueltos. Los presos vascos y los mercenarios permane- cían separados salvo errores, voluntarios o involuntarios, de los funcionarios. Recuerdan momentos de tensión vividos en algún pasillo o galería. La cosa no pasó a mayores en ningún caso. Todo terminó con varios episodios de rabia y alguna carrera.

Desde toda esa experiencia ambos miran ahora a lo sucedido con Jon Anza. Ezkerra afirma, «aunque sea duro decirlo», que como él son muchos los que creen que ya no volverán a ver a Jon Anza, «porque le han hecho desaparecer». Apela a lo sucedido en la historia de Euskal Herria, y recuerda que, 70 años después, hay aún quien busca a sus familiares víctimas del franquismo. Cita también otros casos, como el de Lasa y Zabala, cuyos restos al final aparecieron.

De la misma opinión es el bayonés Mouesca, quien recuerda el caso de Popo Larre: «Ya han pasado bastantes años desde que sucediera aquel trágico hecho, pero la pregunta sigue ahí: `Non da Popo?'. Ahora estamos viendo un suceso similar y nuestras preguntas siguen sin respuesta. `Non da Popo eta non da Jon?'».

Sobre el caso de Larre, Mouesca indica que sus compañeros y allegados ni siquiera están pidiendo «justicia». Ahora mismo lo que quieren es que su cuerpo aparezca para que su madre le pueda llorar antes de morir.

Preguntado sobre qué siente el colectivo de refugiados ante este rebrote de la guerra sucia (antes del caso de Anza, el refugiado Juan Mari Mujika fue secuestrado durante varias horas en Nafarroa Beherea por unos individuos que se presentaron como poli- cías españoles), Ezkerra reconoce que resulta «terrible» comprobar que «los estados español y francés son poderosos en la política de la venganza». «Eso resulta terrible, puesto que les lleva a utilizar instrumentos del pasado cuyo resultado conocemos de sobra», explica. Aunque también quiere matizar que «no puede ser considerado como fuerte un estado que pone a los refugiados o a los ex presos en el punto de mira y que, al no poder obtener la asimilación que busca, utiliza la venganza».

En este contexto, Ezkerra se hace en voz alta la misma pregunta que GARA le acaba de realizar («¿Cómo se vive todo eso?»), y se responde a continuación que «con dolor, con un gran dolor, mucho mayor que el temor que pueden generar los dos estados». No duda de que actúan conjuntamente.

Mentiras y silencios

Mouesca no muestra mucha confianza en las investigaciones policiales. «Con el caso de Popo Larre fuimos conscientes de que la Policía francesa no avanzaba, que no realizaba un investigación seria», afirma este ex preso, quien cree que «en el caso de Jon Anza pasa lo mismo. El Estado francés cuenta con una potente Policía Científica, que logra pistas en breve espacio de tiempo. Pero en el caso de Popo, nunca consiguieron nada. Y no sólo eso, sino que mintieron para ensuciar al militante. Ahora están haciendo lo mismo con Jon».

Mouesca hace referencia así a las afirmaciones del ministro del Interior español. Alfredo Pérez Rubalcaba, posteriormente apuntaladas por Michèle Alliot-Marie en conversaciones con cargos electos de Ipar Euskal Herria, argumentando que Anza podría haber huido con el dinero de ETA que portaba y que por eso su desaparición habría sido denunciada por la organización.

Una valoración igualmente negativa les merece el silencio que ante este caso mantienen numerosos agentes políticos y sociales, así como la mayoría de los medios de comunicación. Ezkerra llega a calificarlo de «repugnante». A su juicio, «esos agentes tendrían que tener una función garantista, y si no la cumplen, abren las puertas a cualquier cosa. Así -continúa-, los estados pueden coger un camino sin límites en la represión, precisamente porque esos agentes no cumplen esa función».

Va más allá al afirmar que a los refugiados y represaliados les resulta difícil creer que los representantes políticos y los medios de comunicación no sepan que con su actitud favorecen que se vuelvan a producir situaciones de guerra sucia, como ya ha sucedido después incluso de la desaparición de Anza. «Sin esa actitud de silencio, los estados no tendrían tan fácil hacer, o llevar hasta el extremo, lo que están haciendo», manifiesta el refugiado, que advierte de que no van a permitir que se imponga ese manto de silencio. «Si tenemos que ir uno por uno, puerta por puerta, para pedir responsabilidades, lo haremos», sentencia.

«¿Qué quieren?»

Ni Mouesca ni Ezkerra eluden pronunciarse cuando se les pregunta sobre la situación política y sobre cómo sitúan este rebrote de la guerra sucia en el contexto del conflicto político. La conversación, inevitablemente, lleva por esos derroteros. Para el usurbildarra, este repunte «constituye la constatación de la incapacidad del Estado» para anular el movimiento independentista. «No han ganado en Euskal Herria, y por eso echan mano de los instrumentos de siempre», considera. Aun así, entiende que esa actitud debe ser analizada en profundidad: «¿Qué quieren? ¿Que nos hundamos en el agujero de la resignación? ¿Se sienten cómodos en esa espiral represión-respuesta? ¿Nos quieren introducir en un largo ciclo de resistencia? En mi opinión, sí. Así entiendo esas actuaciones, y nosotros también tendríamos que saber responder, y mostrarles que no nos meterán ahí. Diría más, creo que también en ese intento están empezando a fracasar».

Gabi Mouesca muestra su coincidencia de criterio con Ezkerra, y augura una nueva derrota a los estados, aunque es consciente que «episodios tan tenebrosos como éstos tienen el objetivo de amedrentar a la gente». Con todo, «siempre habrá quien esté dispuesto a seguir el camino, porque existe la voluntad de un pueblo de ser libre».

La entrevista termina con una pregunta marcada por la cruda realidad de los hechos: «Ambos han tenido que huir, ambos han estado en la cárcel, ambos han visto caer a muchos amigos, pero el conflicto sigue. ¿Ven la posibilidad de lograr otro escenario que supere tanto sufrimiento?». Gabi Muesca no tiene ninguna duda y afirma que «la historia demuestra que en algún momento, en una mesa, los enemigos de ayer se reúnen y hablan, para establecer la justicia y la paz». Para lograr ese objetivo, se compromete a hacer todo lo que esté en su mano. «En Euskal Herria habrá paz algún día, y nosotros trabajamos cada día para acercar lo más posible ese momento», manifiesta. Ezkerra, por su parte, considera que «gracias a la lucha, hoy en día la esperanza de que esté pueblo sea dueño de su futuro es más clara que ayer», y añade que, precisamente por eso, «podemos encontrarnos al comienzo de un nuevo ciclo, en el que, con una estrategia correcta y eficaz, podamos alcanzar un nuevo escenario». «A nosotros -la izquierda independentista- nos corresponde acertar en ese camino», concluye.

Manifestazioarekin bat egin dute bertsolariek

Jon Anzaren desagertzearen inguruan «ageri diren beltzuneak» argitzeko eskatu dute 33 bertsolarik. Anzaren familia eta lagunei babesa helarazi diete, eta bihar egingo den manifestazioarekin bat egiten dutela adierazi dute idatzi baten bidez. Sinatzaileen artean Sebastian Lizaso, Jexux Mari Irazu, Iñaki Murua, Sustrai Colina, Amets Arzallus, Onintza Enbeita, Xabier Silveira, Arkaitz Estiballes, Aitor Sarriegi, Mixel Aire (Xalbador) eta abar luze bat dago. Jon Anza «euskal kulturaren zale amorratua da eta bertsozalea betiere», adierazi dute Donibane Lohizuneko manifestazioaren atarian. GARA

 Fuente:Kaos en la Red

Madrid: Centenares de jóvenes intentan asaltar una comisaria de policía en Pozuelo de Alarcón

Madrid: Centenares de jóvenes intentan asaltar una comisaria de policía en Pozuelo de Alarcón

Durante tres horas un millar de jóvenes pusieron a la Policía Municipal y Nacional contra las cuerdas. Con botellas y piedras convirtieron en un motín el primer día de las fiestas patronales ...
Asalto a la comisaría de PozueloLa primera noche de fiestas patronales deriva en una batalla con 10 policías heridos

EP

  La primera noche de las fiestas patronales de Pozuelo se convirtió en una batalla campal. Una airada reacción de los jóvenes que hacían botellón en el recinto ferial derivó en un motín como consecuencia del cual 20 personas fueron detenidas, siete de ellos menores; y diez policías necesitaron ayuda médica, dos por contusiones graves.

Los agentes de la Policía Municipal y Nacional perdieron el control de unos disturbios que comenzaron en el recinto ferial alrededor de las dos de la mañana del domingo y se trasladó por buena parte de la ciudad hasta llegar a la comisaría de la Policía Nacional. Ante la imposibilidad de contener a los jóvenes, unidades de antidisturbios trasladadas desde Madrid llegaron en su apoyo. Ni los destellos ni los avisos por megafonía surtieron efecto contra los miles de implicados en la reyerta. Los agentes cargaron con porras y pelotas de goma y dispararon varias salvas al aire. Aun así, un grupo de 200 jóvenes fue capaz de completar los diez minutos de camino que hay hasta las dependencias policiales y la asaltaron con piedras y botellas. Por el camino dejaron ardiendo un coche policial y destrozaron una furgoneta de antidisturbios. Señales de tráfico, marquesinas, contenedores y papeleras desaparecieron a su paso. El suelo de la avenida que une la comisaría con el recinto ferial les proveyó de adoquines para su asalto.

Enclaustrada en la comisaría, la policía sufrió para repeler a los atacantes, algunos de los cuales intentaron atravesar los muros perimetrales. La situación pareció a punto de tomar un giro dramático, pero finalmente los agresores fueron reducidos. La batalla duró en total más de tres horas. Los servicios de limpieza recogieron todo en poco tiempo para continuar con las fiestas.El Chorizo y sus colegas estuvieron hasta las siete de la mañana del domingo dando carreras por Pozuelo y lanzándo botellas a la policía. Cuando la borrachera les pesó demasiado, se fueron a dormir a casa de sus padres. En cuanto se despertaron, ocuparon un banco en el parque junto al recinto ferial, abrieron unas cervezas y comentaron la batalla. "Ahí es donde le dimos fuerte a la poli con las botellas", señala orgulloso uno de los adolescentes.

Durante tres horas un millar de jóvenes pusieron a la Policía Municipal y Nacional contra las cuerdas. Con botellas y piedras convirtieron en un motín el primer día de las fiestas patronales del pueblo conla renta per capita más alta de España.

Los responsables de los disturbios se movían espoleados por la furia y el alcohol, pero demostraban precisión de relojes suizos. "Parecían guerrillas. Los cabecillas los distribuían de un lado a otro. Les decían. 'Tú ve a cortar aquella calle, tú esa", explica Mari Carmen, una vecina. Sólo pudieron controlar a los agresores las unidades de antidisturbios que se trasladaron desde Madrid ante la llamada desesperada de sus colegas de Pozuelo. Se estaban viviendo momentos dramáticos, con agentes derribados en el suelo recibiendo patadas. Diez de ellos fueron atendidos por los servicios médicos. Siete pertenecían los antidisturbios, uno a la Policía Nacional y otro a la Municipal. Ninguno seguía ingresado anoche.

"Esto hay que darles a los maderos", muestra un petardo El Chorizo. Tiene 17 años y un brazo tatuado de letras chinas. En su grupo son todos menores. "Fue la poli la que se lo buscó", explica uno. "A las tres de la mañana, cuando estás con lo mejor del pelotazo, te echan", explica.

Las versiones del inicio del conflicto que circulan por Pozuelo divergen. Unas hablan de una pelea que encendió la chispa, otras de una reacción desmedida de los agentes ante las primeras provocaciones. Sin embargo, todas coinciden en algo: el auténtico detonante de la batalla campal fue la orden de terminar la fiesta. Estaba previsto que a medianoche las atracciones apagasen las luces y que abandonasen el recinto ferial los grupos de jóvenes que hacían botellón en torno a coches con la música a tope. Cuando los agentes plantearon que se terminaba la diversión, los ánimos se encendieron.

Los feriantes avalan la versión policial de que todo empezó cuando unos agentes intentaron auxiliar a un herido en una pelea. Ayer paseaban entre sus atracciones buscándoles las cicatrices. "¿A ti te han roto algo?", preguntaba el encargado de los coches de choque a su colega de la nube. "Unas luces. Son unos salvajes", respondía éste. El dueño del tren de la bruja, frente a donde se generó la pelea, repasaba con los dedos los bollos que le habían dejado las botellas.

Un reguero de cristales de botella nacía en las vías de su tren y se extendía por más de un kilómetro hasta llegar a la comisaría de la Policía Nacional. Iba jalonado de marquesinas reventadas y papeleras derretidas. Ardieron hasta las talanqueras de la entrada de la plaza de toros.

El equipo de limpieza se aplicó en despejar las calles a primera hora del domingo. "Ha sido un turno doble espantoso", se quejaba un operario medio dormido sobre su escoba. La celeridad con la que se barrieron las pelotas de goma y los adoquines ha provocado suspicacias sobre la voluntad del Ayuntamiento de sepultar el conflicto.

Lo que resultará difícil de sepultar es el recuerdo de algunos vecinos. Detrás del parque, un coche de policía ardió formando llamas de tres metros. Los vándalos destruyeron otra furgoneta de antidisturbios, le quitaron el freno y la acercaron al coche para que prendiera. La policía y los bomberos no podían llegar hasta el incendio con las calles cortadas por los vándalos. Una pareja residente en el inmueble ante el que ardía el coche salió con mangueras para apagar el coche antes de que ardiera el depósito de gasolina de todos los vehículos aparcados en la calle. Como premio, recibieron las pedradas de los atacantes, que llegaron a saltar la valla de su casa. Fue un adelanto del asedio a la comisaría que protagonizaron 200 asaltantes, un episodio de western que se saldó con 20 detenidos.

El Chorizo y sus colegas dicen que se han quedado con ganas de juerga. Han descubierto que hay algo más divertido que los tiovivos a los que subían sólo hace un par de años.

Fuente:Kaos en la Red

Diferentes formas de defender un espacio okupado

Diferentes formas de defender un espacio okupado

Sábado 5 de septiembre de 2009. Nodo50

Posturas enfrentadas a la negociación

Rafa Calleja - Diagonal

Preguntas que generan más y más preguntas. Participantes de algunos centros sociales del Estado reflexionan sobre los límites, los problemas y el futuro del debate sobre el diálogo con las instituciones. La conversación vuelve a empezar cada vez que un centro social intenta, por medio de acuerdos, parar un desalojo. ‘Negociación’ es un término que a nadie gusta y que pocos asumen. Dentro de los centros sociales okupados (CSO) encontramos posturas diferentes y hasta encontradas que provocan niveles de apasionamiento que desembocan en enfrentamientos entre colectivos y dentro de ellos, provocando fracturas en relaciones políticas y personales.


 

La okupación ha pasado de ser una práctica identificada con formas e ideologías políticas muy concretas a ser adoptada como herramienta de acción política y social por activistas de lo más heterogéneo. Ambas formas de entender la okupación conviven en la península, una convivencia plagada, a veces, de desencuentros. Desde Can Masdeu, en Barcelona, reconocen que la coexistencia entre diferentes formas de entender la okupación genera conflictos: “Y no es necesariamente malo, aunque es verdad que se paga un precio, como, por ejemplo, la dificultad para articular respuestas o iniciativas unitarias”. De hecho, se preguntan: “¿Es la okupación un movimiento? ¿Es importante que lo sea? ¿Hemos sabido reinventarnos?”. “Es que no hay una o dos formas de entender la okupación; son infinitas, tantas como proyectos. Y ésa es la fuerza del movimiento, que no existe una única fórmula”, comenta Richard, del Patio Maravillas de Madrid. “La proclama de ‘10, 100, 1.000 centros sociales’ tiene una dimensión cualitativa; espacios diferentes, con procesos diferentes”.

En el Patio el debate lleva meses abierto tras la propuesta realizada al Ayuntamiento para la expropiación del edificio que okupan. Álvaro, desde Can Masdeu, relata su experiencia: “Por ahora más que ser legales o ilegales nos atrae el concepto de ser ‘alegales’, es decir, no tener que estar permanentemente en la incertidumbre de un desalojo o un proceso judicial, pero tampoco entrar en un tortuoso camino de negociación y menos de institucionalización. Y la ‘alegalidad’ se gana con apoyo amplio y visibilidad”. Un debate al que Richard no ve demasiado sentido: “Considero que el debate ‘negociación sí o no’ es estéril, al igual que el debate sobre el uso de la violencia: depende de cómo, cuándo y por qué. La ‘negociación’ es una herramienta más y debe evaluarse su uso en situaciones concretas”.

Este conflicto “generacional” sí es evidente en el fanzine Okupación, más que 4 paredes, editado por Distri Maligna y cuyos autores se identifican como participantes en diversos espacios okupados: “Una corriente autodenominada ‘movimiento okupa de segunda generación’, de tendencia reformista, ciudadanista y cuyo único fin es pactar con las instituciones para conseguir de forma gratuita un espacio, hace años que trata de reivindicarse como la evolución del movimiento okupa, etiquetando a lxs que no son como ellxs: ‘okupas de primera generación’”.

Los límites del diálogo

Okupar supone para algunos proyectos un asunto eminentemente logístico, donde dar cabida a otras iniciativas, mientras que para otros es mucho más que la liberación de un espacio. El asamblearismo, la autogestión y la autonomía son también rasgos comunes que todos se arrogan aunque se desarrollen con diferente éxito. Y mientras hay proyectos que sí pueden sobrevivir en otros espacios y de otras formas, para otros la normalización es su muerte. ¿Dónde está la frontera que no debe cruzarse a la hora de hablar con las instituciones o la propiedad? Uno de los textos de referencia en este debate es Contra la legalización de los espacios okupados, realizado por activistas del El Passo Occupato de Turín en 1994: “A nosotros nos parece que las distintas okupaciones (...) no deben buscar los favores de los partidos ni la asimilación por las leyes, pues esto no conlleva más que la legitimación del poder parainstitucional que nada tiene que ver con la autogestión y su desarrollo”. Para Brutus, de la Casika de Móstoles, “el primer objetivo es disponer de un espacio, y el diálogo con las instituciones es otra forma más de conseguirlo siempre que no se pierdan las motivaciones que llevan a okupar”. Sin embargo, Brutus aclara que ésta no es la opinión mayoritaria en la Casika. Sobre los límites del diálogo, Álvaro considera que a veces se produce cierta asimetría: “¿Cabe preguntarse qué límites puede poner un CSO en sus acciones de resistencia? ¿Cabe, por tanto, la pregunta sobre los límites al diálogo?”. Respecto a las cosas que tener en cuenta a la hora de sentarse a hablar, Álvaro nos comenta: “A la hora de negociar creemos importante analizar el proceso propio dentro de un contexto más grande que simplemente la supervivencia del proyecto o la coherencia con un ideario preexistente. Esto puede dar argumentos en cualquier dirección, pero, en general, en el grupo [Can Masdeu] se tiende a rechazar esta opción en cualquier caso”.

La conversación nos lleva a buscar experiencias fuera de las fronteras del Estado. “Aquí tenemos un déficit impresionante de cultura democrática. Seguimos entendiendo a la clase política como algo que miramos desde abajo, no de igual a igual, y eso condiciona nuestras relaciones con ella”, comenta Richard para DIAGONAL, que tiene muy claro en qué no quiere que se transforme el Patio Maravillas: “No queremos convertirnos en proveedores de servicios para el Ayuntamiento, sino gestionarlos para, desde ahí, construir contrapoder. Conservar el espacio y asegurar que su permanencia tiene como objeto el seguir dando caña”. Ése es el riesgo que vislumbraban desde El Passo años atrás: “En pocas palabras, el poder se rebaja a pactar la existencia de cuatro muros sólo si de aquellos no surgen acciones contrarias al statu quo; por tanto, bienvenidos sean los servicios gratuitos y voluntarios que cubren las lagunas asistenciales del Estado, bienvenidas sean las obras sociales que, por una parte, legitiman la existencia de los CSO de cara a la gente y, por otra parte, legitiman al poder que las tolera”.

Responsabilidades

Pero son muchas más las dudas que surgen al observar determinadas experiencias en Europa. Desde Can Masdeu, Álvaro se pregunta: “¿Ha sido la legalización lo que ha dado al traste con la okupación como acción política colectiva en algunos países? ¿Qué influencia ha tenido el ciclo histórico de desmovilización social, la incapacidad para reinventarse y regenerarse, el ciclo natural de cualquier movimiento? ¿Es la legalización y extensión de la okupación hacia espacios despolitizados un fracaso?”.

“Aquí no parece atisbarse una legalización de la okupación y no está claro que sea deseable. Sí, quizás, una despenalización”, comentan desde Can Masdeu. Estar fuera de la ley no es la situación ideal, pero la normalización de los proyectos con la intervención de las instituciones, culpables de las situaciones que se intentan combatir, tampoco parece, a priori, la mejor de las soluciones. “La responsabilidad de quienes buscan un diálogo no necesario con el poder se amplía aún más por el hecho de que este sector se presenta como un grupo compacto que ha indicado una línea rigurosamente aceptada por todos sus afiliados”, concluían los activistas de El Passo en 1994. Un debate que genera tantas posturas como proyectos.

OFICINA PER L’OKUPACIÓ: “NEGOCIAR ES ACEPTAR LA DERROTA SIN LUCHAR”

DIAGONAL: ¿Cuáles son los límites que un CSOA debería ponerse a la hora de dialogar con las instituciones?

OFICINA PER L’OKUPACIÓ DE BARCELONA: La okupación es un medio, nunca un fin. Pensar en dar un marco legal a una situación que conscientemente subvierte la legalidad significa pretender por derecho aquello que ya se ha conseguido de hecho. Si concebimos la práctica de la okupación como una acción contraria a la existencia de la propiedad privada (pilar del capitalismo, del Estado y del patriarcado), entonces no admitimos ningún tipo de negociación; eso supondría aceptar las reglas del juego, la legalidad vigente impuesta para que pueda funcionar la dictadura de la minoría que ostenta el poder, y eso sería aceptar la derrota sin luchar.

D.: ¿Son estos desencuentros en las posiciones fruto de la convivencia de proyectos de okupación entendidos de formas diferentes?

O.O.B.: El ‘desencuentro’ pertenece más bien al terreno de la práctica, hay posiciones que son, a pesar de los esfuerzos, irreconciliables, por lo tanto la convivencia existe a nivel personal, no político.

D.: Teniendo en cuenta la situación en otros países de Europa, ¿hacia dónde creéis que empujarán las tendencias en el Estado español?

O.O.B.: Es difícil saberlo; depende del lugar y los colectivos que actúen en él general preferimos pensar en esta cuestión con optimismo, a pesar de que la realidad a veces nos impone otra visión. De todas maneras si Grecia o Euskal Herria están en el continente, el fantasma de la despolitización de la okupación aún no recorre toda Europa.

D.: ¿Qué consecuencias están teniendo este tipo de enfrentamientos en el movimiento en Barcelona?

O.O.B.: A nuestro modo de ver, el movimiento en Barcelona no atraviesa una etapa demasiado positiva en el sentido de la cohesión interna, tan necesaria para considerarnos un ente colectivo, y este estado general es, en parte, debido a esa brecha que se abrió hace algún tiempo. La consecuencia que quizás es más positiva es que determinados proyectos que han optado por la vía institucional se han quedado prácticamente solos, en lo que a apoyo por parte de los movimientos sociales anticapitalistas se refiere, y se apoyan en colectivos integrados o recuperados por el Ayuntamiento para su gran proyecto de ciudad- mercancía con tintes ‘alternativos’, con lo que su GRÀCIA. Manifestación posición ha quedado clara.

::Fuente: Diagonal